Trocadéro - sábado 24 de noviembre

¡Bienvenus!


Gracias por compartir conmigo esta experiencia


domingo, 18 de noviembre de 2007

Y llegó la Fête...


























Ayer finalmente fue la “Fête des Étages” y la verdad que estuvo buenísima, al mejor estilo película universitaria yanqui (sí, definitivamente he sufrido una regresión, el hecho de volver a ser estudiante a traído aparejado consecuencias inesperadas!). Les cuento. La fiesta posta arrancó a las 8 (tempranera) pero los chicos del piso habíamos estado trabajando toda la mañana, de hecho un grupito de 4 nos habíamos abierto paso entre la multitud de personas que esperaban el metro (la historia de la grève –paro- se la debo para otra entrada) y habíamos atravesado media ciudad para comprar cotillón, porque nueva info que poseo sobre la ciudad, acá no hay una casa de cotillón amiga convenientemente cerca de tu casa. La cuestión es que, como les decía, habíamos llegado a eso de las 17:30, después de caminar como 4 horas, y nos pusimos a decorar. A eso de las 8, bajamos al comedor de la planta baja y esperamos a que el primer equipo, es decir, el del 5to piso, nos llamara. Al grito de ¡aura! (¿se escribe así?, no importa, igual no dijeron eso) subimos. El último piso estaba ambientado como una isla tropical, con daiquiris, frutas, piña colada y muchas flores. El 4to piso, por su parte, era una fiesta infantil de cumpleaños, tuvimos que hacer juegos para chicos con globos, caramelos (faltó sólo la piñata). Cuando bajamos al tercero nos encontramos con “La mafia”, una especie de Don Corleone anglo-danés nos daba la bienvenida a una muy onda “Chicago” club de jazz, en donde tocó una banda en vivo! Los pibes viven todos en ese piso y la verdad que tocaron cuatro o cinco cosas que sonaban muy bien (claro, yo carezco de todo oído musical, así que para mí casi cualquier cosa suena más o menos decentemente). Y finalmente llegamos al SEGUNDO PISO, o sea, el mío. Como tema elegimos “EL CIELO Y EL INFIERNO”, dividimos el pasillo en dos (como atestiguan las fotos) y una parte la hicimos muy dark, con mucho heavy metal, comida roja y super picante, bebidas fuertes que incluían salsa tabasco y diablos dando vueltas (entre los que me cuento, me remito a las fotos); la otra parte muy blanca, con nubes colgando, comida ligera, y por supuesto ángeles y hasta un Cupido grandote y rubio, el novio de una de las chicas del piso, que encajaba perfecto en su papel; en el medio de tanto delirio ubicamos el “Limbo”, lugar de paso entre cielo e infierno, cuyo único peaje consistía en pasar una barra de limbo con música ad hoc (tendrían que haber visto a más de un borracho tratando de saltar la barra en lugar de pasar por debajo); por supuesto, en la puerta de acceso teníamos a un muy extraño y tropical San Pedro (una chica, en realidad) y a un cura dando vueltas, en caso de necesitar confesiones urgentes. La verdad que nos salió muy lindo y a todos les gustó mucho. Un piso más abajo, nos afanaron la idea e hicieron otro infierno, pero sólo infierno, en donde el personaje más simpático era un Hitler metrosexual con un vestidito para el infarto. Todo terminó en un baile hasta las 4 de la mañana en el comedor de la Casa. No sé si se desprende de mi relato, pero la verdad que la pasé super bien, conocí al ochenta por ciento de la casa, hablé con un montón de gente interesante y me divertí muchísimo. No se me angustien, cuando empieza el segundo semestre hay otra Fête des Étages, así que esta historia no termina acá…

No hay comentarios: